lunes, 13 de octubre de 2008

Un mundo por explorar

No, Violeta...


Violeta lleva casi dos meses explorándolo todo. Empezó rodando como rolling stone en los límites de su cuarto, metiéndose bajo la cama y llegando a los rincones menos esperados. Luego empezó a reptar y a asomarse fuera de su habitación tratando de alcanzar el subwoofer de su papá. Ahora gatea como loca por toda la casa –de hecho la pobre tiene las rodillitas moradas- y logra pararse con la ayuda de algunos muebles, así que la palabra NO se ha hecho frecuente: No agarres los cables, no te metas a la cocina, no cojas eso, no tires el teléfono, en fin, de a poco empieza a entender que significa. Cuando no la podemos controlar más va a parar al caminador y ahí parece un pollito detrás de mamá gallina: a donde van sus papás, ella va también, y cada vez con mayor agilidad. Cuesta crees que hace algunos meses apenas pataleaba…



La magia de las palabras


También su lenguaje ha avanzado notablemente. Del qui, que, gua, ay, puf, pupo, y otras sílabas y sonidos, en sólo dos semanas llegamos a mamá y papá, a veces con el sentido que tienen y otras por practicar la parloteada. Ha incursionado en algunas de sus combinaciones como mapa y pama. Ah! Todas las noches Violeta se transforma en una ávida lectora, y hasta tiene libro favorito...


Independencia


Hace poco Violeta pasó su primera semana sin mamá, que tuvo que irse en viaje de trabajo a Cusco. La bebé, muy madura por supuesto, parece que no se dio mucha cuenta de que su mami no estaba, a no ser en las mañanas que no despertaba de muy buen humor, pero el resto del día la pasaba bomba con su papá –justo en esa semana dijo papá- y a raticos con su abuelita y la tía Lili que ayudaron mucho. Por lo visto para mamá fue mucho más difícil, que para la guagua. Por suerte, una semana antes de la partida, Violeta había dicho mamá, y por supuesto yo estaba orgullosa de ser su primera palabra.



Otras no tan buenas


Como nuestros lectores conocen Violeta había pasado los últimos tres meses sin subir un solo gramo, por lo cual últimamente hemos tenido repetidos exámenes de laboratorio, algunos sencillos y otros bastante feos. Sólo para actualizarlos en este dato, finalmente a Violeta le descubrieron una acidosis tubular renal, un problemita metabólico congénito venido, al parecer de tierras europeas (evidentemente de la madre no es el gen). No pasa de ser una molestia casi asintomática de no ser por el tema del peso, pero que debe ser tratada para evitar complicaciones. Por ahora lo único que tenemos que hacer es darle complementos de bicarbonato, pero se requieren más estudios y más visitas al nefrólogo pediátrico para determinar el tipo de acidosis y precisar todo el asunto. Ah, pero en el último control había logrado subir por fin 400 gramos y llegamos a los 6900. Eso sí, larga sí está, ya superó los 70 cm. En todo caso, resulta más feo y alarmante el nombre de su mal que lo que realmente le sucede a la Violeta, así que le damos bajo perfil a este tema, que a la larga no pasara de ser una anécdota en este oficio materno/paterno.

Un videito para que vean lo divertida que esta.