domingo, 27 de enero de 2008

Primer Mes: Nuestra hija, nuestra maestra



Bien dicen que cuando nace un bebé, también nacen una madre y un padre... Y todos tienen que aprender por igual. El primer mes de Violeta ha sido alucinante. Nunca había tenido tantas primeras veces en mi vida: primeras risas, primer hipo, primer pañal, primeros llantos, etc., etc. Y de todo ello hemos aprendido mil cosas. Por ejemplo que la vida de Violeta no es lineal, lo que se logra hoy como que duerma toda la noche o que no le de reflujo, no necesariamente se logrará mañana; cada día parece una nueva aventura, donde claro se van aprendiendo estrategias, pero ninguna se puede pensar como infalible. También hemos ido aprendiendo a hacer un poco oídos sordos a consejos, aunque bien intencionado, muy difíciles de seguir a esta altura de la vida de Violeta, como no la tomen cuando llora porque se acostumbra a los brazos, no la carguen todo el tiempo porque se malcría, etc., todas cosas que quien tiene un recién nacido, sabe que simplemente no se pueden lograr. Tal vez más adelante.

Todo esto me ha llevado a al menos un aprendizaje aún más interesante. Para quienes me conocen bien, saben que la paciencia no es precisamente una de mis principales virtudes. Pues bien, si algo estoy aprendiendo con mi hija es a ser paciente, las guaguas no vienen con manual de instrucciones, y tampoco son un puro ejercicio de razón. Para lograr algo, hay que intentarlo todo, y cuando no se puede, sólo hay que tomar aire, y volver a empezar. Así que seguramente Violeta va a lograr enseñarme algo que nada ni nadie más logró antes, porque claro, el amor es el mejor aliciente para aprender y para enseñar.

Ella también aprende. En su primer mes, aparte de ponerse cada día más linda, nuestra hija ya puede seguir los objetos con la mirada, levanta la cabeza con mucha fuerza, ríe ya no sólo por reflejo sino también cuando ve a su mamá y a su papá. Le gusta su silla vibradora aunque no logre dormirla, también le encanta su sonajera que le regalo su tía Ginette. Sabe cuando es de noche y por lo general duerme más o menos tranquila, aunque como dije, esto no necesariamente ocurre siempre. Ya no llora cuando le cambian el pañal y cada vez le disgusta menos el baño. Reconoce la voz de sus padres y a veces, incluso, la logra calmar. En fin, serían innumerables las cosas que va ganando con el tiempo además de talla y peso, porque eso sí, apetito no le falta.

Los dejamos con otras fotitos de su primer mes.Mi desayuno de primer mesLa pinta de cumplemesMuevo mis manos y rioEn brazos de mi abuelaCon mis abuelos


martes, 15 de enero de 2008

Conviviendo con Violeta


Decir que estas tres primeras semanas han sido faciles sería mentir. Tanto Claudia como yo no pensabamos que esto de la paternidad sería tan complicado. Siempre nos dijeron que se dormia poco, que se despertaban cada tres horas, etc, etc. pero la verdad es que si se despierta cada dos a tres horas y no quiere seguir durmiendo. Si a eso le agregamos un constante y molestoso reflujo el escenario no es el ideal de alegria y mariposas volando por todos lados. Pero hay que decir que no hay cosa más deliciosa que despertarse a cualquier hora del día y ver esos ojos preciosos abiertos queriendo conocerlo todo, y por esas cosas de la vida cuando uno ha dormido dos horas en una noche entera, que la guagua no ha dejado de llorar, uno toma a Violeta en brazos y magicamente, como una sobredosis de adrenalina, el cansancio se olvida y todo vuelve a ser color Violeta.

Para tranquilidad de todos el reflujo no pasa de ser algo bien molesto para Violeta y nosotros, ella sigue comiendo, cagando y meando como lo hace su padre. Ademas sigue creciendo, ya llego a los 52 cm. y ya pesa 3200 gramos, todos sintomas de una muy buena salud.

Aquí van más fotos de Violeta para todos ustedes.









martes, 8 de enero de 2008

De baby blues, lactancia y otros asuntos



Ya vamos superando la "melancolía postparto", y digo vamos porque este curioso fenómeno termina afectando a todos, especialmente a papá y mamá. Pero lentamente yo voy adquiriendo confianza en mi rol de mamá; para Seba parece que la adaptación fue más fácil, o al menos así nos lo mostro a nosotras.

Violeta ahora duerme un poco más de noche, y no nos hacemos ilusiones, sabemos que noches de largo no vendrán en mucho tiempo así que nos conformamos con poder dormir tres horas seguidas en dos series, y en ocasiones nos hacemos tiempito para siestas diarias, aunque deberíamos hacerlo más seguido.

También hemos tenido algunos problemillas con la lactancia. Más que falta de leche, el problema parece ser de sobrealimentación. Le estábamos dando según la famosa `libre demanda´, pero el tema es que parece que Violeta salió como su papá, mientras haya comida sobre la mesa, come aunque después le duela la guata (barriga), así que le dio reflujo y tuvimos nuestra primera visita de primerizos al hospital, sólo para que nos dijeran que le diéramos menos leche aunque más seguido. En esas estamos pero no es fácil entender cómo hacerlo mejor cuando hay muchas versiones diferentes sobre los patrones de lactancia para recién nacidos. Nuestro instinto en principio ha sido nuestro principal referente, pero también los consejos de nuestros ayudantes (los presentes como mi madre y la tía Lilia, y los que nos ofrecen ayuda virtual como mi hermana, mi suegra, mi cuñada, y otras nuevas madres como Alicia y Bibiam) han ido colaborando y hoy esperamos que en su primera cita al pediatra, se nos aclare un poco más el asunto. Ah, eso sí, lo que nos ha hecho más fuertes y llevar mejor todo este nuevo mundo, es compartir todo los dos, desde las trasnochadas hasta los cambios de pañales, el baño de la bebé, sus sonrisas, jugar con ella, etc... todo, lo agotador y los más refrescante, haciéndonos padres juntos.

Bueno, los dejo con más fotos de nuestra Violeta, cada día más hermosa y florecida.


Descansando con papá
A veces me pongo seriaDe amores con mamá
Baño de sol y teta

Y algo más de su banda sonora
Aunque soy niña


Para nuestro amor eterno