Pero sin lugar a dudas el cambio más grande ha sido la mudanza de país. Llevamos ya tres meses en Canadá y ha sido divertido, intenso y difícil a la vez. Yo, que empecé mi doctorado, a duras penas tengo algo de tiempo para estar un par de horas diarias con los niños. Duermo muy poco y más que persona, soy estudiante de doctorado. Sebastián se hace cargo de los niños con amplio manejo y hacemos el esfuerzo a las carreras para que pueda estudiar inglés, eso sí parece que nos entregáramos la posta: yo llego, me quedo con los niños, el se va. Violeta está demostrando un increíble coraje enfrentándose a su colegio sin saber una palabra en inglés. Pero a esta altura, creemos que entiende casi todo, sabe bastantes palabras, esta aprendiendo las letras y escribe cada vez más lindo. En realidad el que está más relajado es Tomás, que desde que esté con sus papás y su hermana, le da lo mismo el lugar del globo en el que lo pongan. A eso sí, el ya toma jugo de pineapple, y le encanta el crocodile.
Por aquí ya estamos saludando al invierno. Aún no se ha puesto tan frío pero cada vez baja más la temperatura. Ya tuvimos nuestra primera nevada y ahí vamos aprendiendo cómo convivir con el clima. Estamos en este momento atravesando la primera gripe de los niños y también luchando contra los piojos que se contagió la Violeta en el colegio... algo que nunca le pasó en Colombia. Ah, claro, probablemente también es efecto de la acidosis que posiblemente superó, según dicen los doctores del primer mundo...
No prometo que vaya a tener realmente una disciplina constante de actualizar el blog pero en la medida que pueda lo haré. Por ahora puse unas fotos que resumen el tiempo pasado desde la última vez y una compilación poco elaborda de algunos videos que termina con un villancico en Canadá
