Bien dicen que cuando nace un bebé, también nacen una madre y un padre... Y todos tienen que aprender por igual. El primer mes de Violeta ha sido alucinante. Nunca había tenido tantas primeras veces en mi vida: primeras risas, primer hipo, primer pañal, primeros llantos, etc., etc. Y de todo ello hemos aprendido mil cosas. Por ejemplo que la vida de Violeta no es lineal, lo que se logra hoy como que duerma toda la noche o que no le de reflujo, no necesariamente se logrará mañana; cada día parece una nueva aventura, donde claro se van aprendiendo estrategias, pero ninguna se puede pensar como infalible. También hemos ido aprendiendo a hacer un poco oídos sordos a consejos, aunque bien intencionado, muy difíciles de seguir a esta altura de la vida de Violeta, como no la tomen cuando llora porque se acostumbra a los brazos, no la carguen todo el tiempo porque se malcría, etc., todas cosas que quien tiene un recién nacido, sabe que simplemente no se pueden lograr. Tal vez más adelante.
Todo esto me ha llevado a al menos un aprendizaje aún más interesante. Para quienes me conocen bien, saben que la paciencia no es precisamente una de mis principales virtudes. Pues bien, si algo estoy aprendiendo con mi hija es a ser paciente, las guaguas no vienen con manual de instrucciones, y tampoco son un puro ejercicio de razón. Para lograr algo, hay que intentarlo todo, y cuando no se puede, sólo hay que tomar aire, y volver a empezar. Así que seguramente Violeta va a lograr enseñarme algo que nada ni nadie más logró antes, porque claro, el amor es el mejor aliciente para aprender y para enseñar.
Ella también aprende. En su primer mes, aparte de ponerse cada día más linda, nuestra hija ya puede seguir los objetos con la mirada, levanta la cabeza con mucha fuerza, ríe ya no sólo por reflejo sino también cuando ve a su mamá y a su papá. Le gusta su silla vibradora aunque no logre dormirla, también le encanta su sonajera que le regalo su tía Ginette. Sabe cuando es de noche y por lo general duerme más o menos tranquila, aunque como dije, esto no necesariamente ocurre siempre. Ya no llora cuando le cambian el pañal y cada vez le disgusta menos el baño. Reconoce la voz de sus padres y a veces, incluso, la logra calmar. En fin, serían innumerables las cosas que va ganando con el tiempo además de talla y peso, porque eso sí, apetito no le falta.
Los dejamos con otras fotitos de su primer mes.
Mi desayuno de primer mes
La pinta de cumplemes
Muevo mis manos y rio
En brazos de mi abuela
Con mis abuelos
3 comentarios:
Querida Claudia Milena:
He seguido tus crónicas con mucho interés: está muy linda Violeta y me da mucho gusto saber como viven Sebastián y tú esta iniciación en la materno-paternidad.
Que sigan disfrutándolo y más adelantico, me encantaría hacerles una visita.
Por el momento estoy retomando las clases y tratando de conservar la buena energía acumulada durante las vacaciones.
Un abrazo muy especial para la trinidad,
Luz Gabriela
Hola a los tres!
Esa niñita está cada día más hermosa!, se nota que está creciendo, ha cambiado sus facciones.
Felicitaciones mami y papi, la guaguita está creciendo fuerte y bella!!!
Besos y abrazos
Gabex (con babero!! je)
Mis queridos Claudia y Sebastian, perdon, Violeta, Caludia y Sebastian. ¡Uff!, super esta la bebe y definitivamente la llegada de un nuevo ser nos cambia la vida. En estos dias les mando los link de algunas cosas que pueden ayudar en la labor de ser padres, a nosotros nos han sido de mucha utilidad.
Un besote para todos
MARTIN, INGRID y JOSE
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